Los trabajadores independientes de Argentina inscriptos en AFIP tienen 2 opciones distintas para tributar: bajo el régimen simplificado (o Monotributo) o bajo el régimen general. ¿Pero cuándo es más conveniente estar inscripto en uno o el otro? A raíz de responder esta pregunta, te traemos las diferencias entre un Monotributista y un Responsable Inscripto.

En principio, para saber en qué régimen te conviene inscribirte hay que diferenciarlos utilizando estos cuatro conceptos clave: 

• Impuestos: Los responsables inscriptos están bajo el régimen general impositivo. Es decir, deben pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a las Ganancias y aportes a la seguridad social. Mientras tanto, los monotributistas abonan una cuota fija mensual que incluye impuestos (IVA y ganancias) y aportes a la jubilación y obra social. 
• Crédito fiscal: Los monotributistas no generan débito fiscal en sus ventas, ya que están exentos del impuesto al valor agregado (IVA). Por lo tanto, en sus facturas, no se detalla ningún impuesto. En contraste, cuando un responsable inscripto realiza ventas, locaciones o prestaciones de servicio, sí genera un débito fiscal. Este débito puede o no ser detallado en la factura, dependiendo de quién sea el destinatario de la misma.
• Facturación: Quienes están en el régimen general deben emitir facturas electrónicas de tipo A o B y contar con una contabilidad más detallada. Quienes se encuentran en el régimen simplificado emiten facturas de tipo C y poseen un máximo de facturación anual dependiendo de la categoría en la cual se encuentren.
• Categorización y pagos: El régimen general no tiene categorías definidas, pero quienes estén inscriptos tienen la obligación de presentar declaraciones juradas de manera mensual y realizar pagos en relación a sus ingresos. Por otro lado, el monotributista solo debe cumplir con la recategorización semestral en enero y julio, y con el pago de la cuota fija mensual.

Ahora bien, en principio el cambio de monotributista a responsable inscripto se debe llevar a cabo cuando se exceden los parámetros de la categoría máxima del régimen simplificado. Es decir, resulta conveniente ser monotributista cuando tu actividad no es lo suficientemente grande, debido a que se paga una menor cantidad de impuestos. 

Por otro lado, quienes se encuentran bajo el Régimen General tienen la posibilidad de recuperar el IVA pagado en sus compras, lo cual es un beneficio económico bastante significativo. 

En conclusión, ambos regímenes tienen sus respectivas ventajas y desventajas, deberás tomar esta decisión cuidadosamente y elegir aquel que más coincida con tu actividad y su rentabilidad y necesidades.

A continuación te dejamos un resumen de las diferencias expuestas anteriormente de ser Monotributista y ser Responsable Inscripto:

Este análisis solo contempla impuestos nacionales. Tené en cuenta que según tu actividad comercial podrías tener que inscribirte y pagar impuestos provinciales y municipales.

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